sábado, 11 de mayo de 2013

ENSAYO DEL DIARIO DE ANA FRANK


El diario de Ana, fue un regalo para su cumpleaños número 13 el 12 de junio de 1942. A partir de entonces, Ana nombra a su diario Kitty y le confía todo cuanto le ocurre. El diario inicia cuando Ana aún está en la escuela; allí tiene admiradores y amigas como Joep y Lies.
Poco tiempo después, Ana recibe la noticia de que deben esconderse, pues la GESTAPO ha citado a su hermana Margot y a su padre. La fecha prevista para la desaparición de la familia Frank era el 16 de julio, dejando como camouflage una nota con una dirección en Maestricht. No obstante, el 5 de julio de 1942 huyen temprano al escondite, vestidos con varias capas de ropa y una maleta por persona. Son ayudados por Miep, una chica que trabajaba en el almacén y conocía a la familia, el Sr. Koophuis, Eli y Vossen.
Durante esa época, los judíos debían utilizar una estrella en la ropa para ser identificados; las compras debían hacerla en tiendas y negocios judíos; no tenían derecho de utilizar el tranvía ni utilizar bicicletas; los niños debían estudiar en escuelas especiales y no tenían derechos como el resto de la población.

Durante esta primera etapa, el padre de Ana enfermó de eczema con fuerte fiebre, lo cual representaba un problema serio, pues no podían ir con doctores o conseguir todas las medicinas necesarias, afortunadamente, se recuperó después de un par de semanas.
Ana dedica su tiempo a estudiar taquigrafía y francés y a leer cuantos libros haya.
Poco después fue el cumpleaños 17 de Peter y un nuevo inquilino se integró al anexo, Alberto Dussel, quien era dentista y cuya esposa está resguardada en el extranjero. Cuando Dussel llegó al anexo, le dieron un reglamento de convivencia y lo instalaron en la habitación de Ana. Éste cuenta la vida en el exterior, la constante caza de judíos, el despojo de sus bienes y el maltrato contra ellos.
En el anexo celebran Januka y la fiesta de San Nicolás, Miep y Elli les llevan regalos.
A veces Ana se siente profundamente afligida, pues extraña su vida en el exterior, a sus amigos, está cansada de los constantes regaños y críticas, del desprecio con el que la miran porque se considera el chivo expiatorio y de los ejercicios matutinos de Dussel en la habitación que comparten, no obstante, mantiene buena cara. Ana llama a este periodo días de tumba: periodo que los obliga a vivir escondidos en la esperanza de que no será por mucho tiempo. Asimismo, describe la desgracia de la guerra: niños cristianos holandeses enviados obligatoriamente a Alemania; familias judías separadas; guerra en todo el globo; niños sin ropa adecuada pidiendo un pedazo de pan por las calles; judíos y cristianos esperan, el mundo entero espera, muchos esperan la muerte.En junio de 1943 Ana festeja su cumpleaños 14; su padre le ha escrito un poema en donde le manifiesta su comprensión ante la carga que ella recibe al ser juzgada por todos al ser la más pequeña. Ana se siente honrada ante los regalos que le hacen, pues implicaron una serie de sacrificios al darle golosinas y un libro a ella misma.

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